Las Nuevas Revelaciones a Través de la Eucaristía

Un Desastre Que Nos Recuerda Regresar a El

Agosto 31, 2017

Este es un mensaje inspirado por el Espíritu Santo a través de Lucia Phan.

Lucia: Dios, la hora es 9:35 a.m., Jueves, Agosto 31, 2017, en la Iglesia Santa Teresa. Nosotros estamos arrodillados en frente del santuario, en frente del tabernáculo, en frente de la Cruz, del ícono de la de la Divina Misericordia, y de la santa estatua de Nuestra Señora del Carmelo. Hoy es el tercer día que yo regreso aquí y atiendo la Santa Misa con los hermanos y hermanas que nosotros conocemos de la iglesia, nosotros continuamos aquí cada día. 

Dios, recientemente, hubo un desastre cayendo sobre Houston, Texas, en general y en particular para cada familia – una penosa y difícil situación para aquellos que están afectados por la inundación (1). Después, finalmente, el huracán se retiró y el desastre también cesó y nosotros terminamos con hermanos y hermanas quienes necesitaron lugares para quedarse; La iglesia Santa Teresa  proveyó refugio para los hermanos y hermanas quienes llegaron allí a tomar refugio después de los días de aflicción; y alrededor de esta ciudad de Houston, con gente que vino de todas partes; habían iglesias vietnamitas que particularmente ayudaron, y el gobierno también proveyó campamentos para acomodar a las víctimas del reciente huracán. Dios, entre las victimas estaba mi familia, mi madre, mis hermanos, y mis sobrinos; ellos estaban afectados por la tormenta también, y tenían que tomar refugio en las casas de otros hermanos y hermanas. Oh Dios, –todo fue afectado, nadie fue librado, con solo una excepción, Dios continúa dándonos la oportunidad y cuidándonos para que continuemos con la misión, hoy, y los días venideros.

Dios, primero que todo, nosotros le damos gracias a Dios por darnos los momentos   que nosotros continuamos teniéndonos unos a otros, que continuamos teniendo juntos después de los desastres, y aún continúan la oportunidad para reconocer el amor de Dios envolviéndonos; cuando las tormentas vienen, cuando los desastres tocan, cuando las tribulaciones suceden, Dios continúa siendo el Señor lleno de amor, quien nos abraza, quien nos ama. Cada evento que pasa en la vida, si nosotros tenemos un corazón capaz de sentir entonces nosotros podemos ver que hubieron muchos días ordinarios y mediocres en la vida porque la gente siguió sus hábitos y olvidó lo que nosotros debemos considerar como más precioso y lo que nosotros debemos respetar y siempre venerar, pero eso parece haberse vuelto normal, mediocre e insignificante. Así hay ciertos momentos en la vida que si no somos recordados por esta manera u otra, si nosotros no estamos urgidos en esta forma también como en otra, así nosotros siempre parecemos tener asuntos que parecen convertirse en hábitos, se vuelven reglas y regulaciones y costumbres, y asuntos en nuestras vidas. Esos es hablar de lo trivial, de asuntos ordinarios, pero la gente está siempre inclinada a buscar muchas cosas que ellos desean o quieren alcanzar, lo cual es ambición, lo cual es avaricia. Sin embargo, continúan habiendo obras incorrectas que la gente continua teniendo, en deseo carnal, en codicia, y en todos los aspectos de la vida del ego, de la personalidad, y los derechos de libertad de la gente.

El Señor es el Ser Supremo omnisciente quien claramente mira a cada una de las situaciones y El siempre desea mirarnos a nosotros y salvar nuestra vida espiritual, la cual es el alma, el cual es el corazón, el cual nosotros debemos tener, para estar listo, mejorarlo, y entrenarlo; para volvernos una persona que tiene profundidad, quien tiene un corazón lleno de compasión, – un corazón concientizado, honesto, sincero, correcto, y justo. Dios, te doy gracias a Ti; no importa que pase. En frente a nuestros ojos, con un par de ojos normales, ojos mediocres, nosotros vemos la presente aflicción de la gente a través de los huracanes y las familias que sufren pérdidas; hubieron personas quienes perdieron sus vidas. Este desastre pasó a un estado que terminó con pérdidas financieras a como también con daños severos; a través de las últimas décadas, ésta tormenta fue verdaderamente poderosa; estuvo lloviendo por sólo cuatro días pero el agua,  sin salida pluvial, se mantuvo elevándose y parecía que casi la mitad de la ciudad estaba inundada. Sin embargo, todo terminó y se volvió una cosa del pasado hace ya dos días.

Dios, qué hacemos con la situación actual? Cómo nos sentimos cuando nosotros vimos todo volviéndose realidad? Los eventos actuales son catastróficos pero ellos también nos permiten ganar  experiencia, para nosotros valorar los días presentes y los días de nuestras vidas que se han desatendido, junto con muchos de nuestros hábitos en la vida. Seguramente, hay familias afectadas por el desastre que están en un estado de ansiedad, de preocupación, de desaliento, y hay familias en las que la fe está sacudida; sin embargo, hay también familias en la situación de hoy quienes terminan dando gracias a Dios, porque si Dios no les ayuda, no podrían estar vivos; ellos no podrían haber sobrevivido para mirar a sus hermanos y hermanas, y mirar al mundo que aún tiene verdaderos rostros de amor que dan la bienvenida, que ofrecen ayuda, cuando la gente encuentra desastres y catástrofes. Hoy, nosotros claramente damos testigos de las iglesias abriendo sus puertas para darle la bienvenida a sus feligreses, a los refugiados, y las victimas, sin restricción e independientemente de religión; las puertas están siempre abiertas cuando la gente encuentra situaciones catastróficas, para dar la bienvenida, para cuidar, para ayudar en lo que se puede hacer, a como las iglesias hicieron y están haciendo.  A través de las miserias nosotros podemos ver el amor de hermandad, y Dios continúa viendo en el corazón de cada persona el amor que Dios ha otorgado a la humanidad, con la doctrina de amor, con la doctrina de perdón, con la doctrina de caridad.

En días pasados, en la Primera Lectura, con todo lo que es escuchado y sabido en el Evangelio y la Buena Nueva, Dios claramente enfatizo a todos los escribas y Fariseos en relación a las apariencias en la vida humana y Dios fuertemente los reprendió; en particular, los últimos dos días y en los días que nosotros experimentamos los desastres, fue en el momento en que la Iglesia nos recomendó a través de las lecturas del Evangelio, recordando a la gente despertarse, recordando a la gente mirarlos a ellos en el pasado, recordando nuestros roles, nuestras responsabilidades. Sin embargo, Dios también nos enseña de una manera especial en el presente rol para que con las tribulaciones que suceden alrededor de nosotros, nosotros aprendamos como nosotros tenemos que tratar con esos eventos. Hoy, en la Primera Lectura (2), San Paul Mismo claramente nos recordó en los Tesalonicenses a como también nos recordó ahora que es solamente a través de las aflicciones  de los sufrimientos que nosotros podemos ver la fe de la gente.

De hecho, seguramente, hubieron gente quienes tenían una fe fuerte, que aunque viviendo desastres, aunque sufriendo pérdidas considerables o actualmente en un estado de miseria, de adversidad, ellos continúan elevando plegaria en gratitud a Dios, para alabar, para glorificar, y para suplicar a Dios que se haga su voluntad, para ser iluminados para seguir el programa de Dios y para entender eso en la vida, lo que nos llevamos, lo que necesitamos, y que nosotros añoramos al Señor. Es el Señor y no lo material de este mundo; es el Señor y no las conveniencias que nosotros teníamos, que tenemos; a cómo podemos ver, lo que tenemos hoy, el próximo día, simplemente con un una fuerte lluvia, una simple tormenta, nuestra posición cambia completamente; no hay nada para siempre en este mundo; no hay nada permanente, no hay nada definitivo.  Como nos sentimos a través de este desastre? Nosotros somos gente quien considera lo que Dios ha dado, y en el programa de Dios, Dios continúa probando nuestras vidas.

Dios, entre el número de gente afectada, había también gente mayor; sus vidas han experimentado innumerables privaciones, retos, con días de sol y días de lluvia, con días de sudor y lágrimas, con días difíciles,  hubieron días miserables, días de intentar y difíciles, pero ellos llegaron finalmente hasta éste día. A través de muchos años en la vida, ahora en su edad mayor, ellos tienen 70, o son mayores de 70 años; ellos son capaces de experimentar lo que ha pasado en sus vidas. Hoy, ellos continúan con vida; ellos continúan elevando palabras de gratitud hacia Dios, ellos alaban a Dios, ellos glorifican a Dios, y ellos se someten a la voluntad de Dios, lo cual es lo más simple que la gente puede buscar a través de años incontables que pertenecen al mundo. Al final, la experiencia más esencial, la experiencia más placentera, y la experiencia que es necesitada en la vida es la fe; la fe nos ayuda a entender que lo material y el dinero son solo externos, y la vida interior es lo que nos permite vivir – solo una vida que se vive con corazón y determinación nos ayudará a sobrellevar las dificultades. No hay nada que pueda prevenirnos y darnos momentos difíciles en la vida cuando confiamos en Dios, cuando nosotros tenemos a Dios y estamos viviendo el programa de Dios.

Dios – así hoy, San Pablo, el apóstol, directamente e indirectamente, felicita a aquellos que tienen fe y da tributo a aquellos quienes con coraje superan las tribulaciones de la vida; superan los desastres y las calamidades; superan la presente catástrofe, especialmente en Houston, Texas. Esto es para que nosotros nos demos cuenta que lo que hacemos en silencio y callados, Dios lo ve, Dios lo sabe, y los santos indirectamente, directamente, a través del Evangelio, a través de las lecturas del Evangelio, de la Buena Nueva, también nos hablan a cada uno de nosotros. En relación a la fe, ellos no se preocupan por nosotros de manera particular y de toda la gente que son como nosotros, pero al mismo tiempo, ellos les recuerdan a la gente que no tiene fe o que todavía no han experimentado la fe, que miren a la gente que han pasado en el curso de la historia – eso es San Pablo (3), a quien todo el mundo conoce como San Pablo en Inglés. En particular, él nos dio la Primera Lectura hoy; él también nos recordó acerca de los sacrificios de la iglesia, de la gente presente, de la gente quien actualmente dirige una vida que nosotros comenzamos a escuchar y seguir en las palabras escritas, el Evangelio, las Buenas Nuevas, lo cual es la doctrina, lo cual es la justicia, lo cual es la verdad. La verdad y la justicia significan que la gente, por si mismos, son capaces de tener un encuentro – aún divino continúa presente y permanece secreto – esa Persona es el Poderoso Ser Supremo, el Ser Supremo Misericordioso. El amor de Dios es concedido a la humanidad y la gente lo necesita tener, para saber, para creer, para entender lo que es la fe y para practicar en esa fe, así que nosotros podemos, por nosotros mismos, reconocer al Ser Supremo a quien nosotros siempre nos confiamos. No importa cuales son las circunstancias,  lo continuamos encontrando, nosotros continuamos viviendo con El, y El continúa acompañándonos en todos los caminos de la vida, especialmente en los desastres, para que nosotros estemos más calmos, para que nosotros seamos más fervientes, para que nosotros distingamos lo que en la vida El nos enseña paso a paso, para que caminemos con El, para que tengamos la oportunidad de glorificarlo, para que tengamos la oportunidad de vivir lo que nosotros hacemos. Nosotros nos damos cuenta de lo que Dios enseña, lo que Dios nos concede, para que tengamos días de prosperidad, de felicidad, de paz – y llenos del significado de la vida.

Hoy, San Pablo, indirectamente o directamente, nos da la bienvenida y continúa enseñándonos acerca de la condición que necesitamos,  la cual es la de nosotros amarnos unos a otros, la necesidad de expresar una vida santa, una vida virtuosa, y una vida que la gente necesita para glorificar a Dios, para alabar a Dios – y una vida de fe y de hechos. Gracias a Dios. Todo ha pasado, el huracán ha terminado, y la lluvia ha parado, y la gente ha visto la luz. Nosotros, los seres humanos, a menudo escuchamos decir la frase que normalmente se vuelve verdadera en la vida humana: “Después de la lluvia, llega la calma.” Después de la tormenta, en este caso actual, nosotros podemos ver el amor de hermanos; y después de la tormenta, nosotros podemos ver la vida interna que nosotros necesitamos, la cual es la única fuerza que nos ayuda a conquistar y superar los desastres encontrados en la vida y el desaliento con los eventos que pasaron y están pasando. Con días de confort, días de abundancias, nosotros no pensamos que tomaría solo cuatro días para que todo  fuera arrasado por la inundación; las casas se han vuelto una pila de escombros; no importa cuánto dinero o talento, no hay manera de cambiar las cosas de acuerdo a nuestra manera.  Una vida entera construyendo lo que tenemos y una vida buscando por cosas que debemos conquistar; hay momentos en lo que nosotros olvidamos lo que está en la conciencia y la moral  en nuestra determinación para alcanzar la meta a toda costa – ocupando nuestras vidas  en el trabajo diario, nosotros permitimos el estatus y nuestra poderosa posición para regular, nosotros no recordamos eso más, internamente, nosotros  continuamos momentos de descanso, de paz. Si nosotros queremos tener paz, nosotros debemos buscar el Ser Supremo quien crea, el Ser Supremo quien nos da la oportunidad, el Ser Supremos quien está presente para ayudarnos a mover hacia adelante en los días de sufrimiento y de adversidad, y ahora, en estos días desastrosos.

Dios, Tu siempre entiendes, ves y sabes todas nuestras necesidades, pero la necesidad en la vida es a menudo visible a través de las manos de los hermanos y hermanas que tienen un corazón caritativo y de sacrificio. Sin embargo, nosotros tenemos necesidades, la cual es la necesidad de tener fe, la necesidad de tener un corazón con coraje y confiado, y la necesidad de tener a Dios en nuestras vidas. Si nosotros entendemos y experimentamos esto, entonces nosotros seremos capaces de entender que aparte de nuestro talento, nuestra inteligencia, nuestro conocimiento, nosotros permanecemos desamparados en todas las situaciones, porque con todos los desastres o calamidades, nosotros nos volvemos como una persona deshabilitada, no somos capaces de actuar de acuerdo a nuestra propia manera. Lo que es más esencial es lo que Dios siempre nos concede, internamente, concediéndonos una fuerza sin fin que no puede limitarse en anchura, profundidad, altura del alma, y que especialmente nos guía del interior al exterior, cuando nosotros confiamos en Dios, cuando nosotros tenemos a Dios, y nosotros vivimos en Dios.

Hoy, nosotros agradecemos a Dios por darnos la Lectura. Hoy, la Primera Lectura, directamente e indirectamente, a través de San Pablo, el Apóstol, es abordada para cada clase, cada rol, en particular para cada apostolado, para nosotros que somos los Cristianos, y especialmente para la gente en la jerarquía de la Iglesia, a como también todos y cada persona quien tiene un corazón, quien tiene fe; Dios concede a la gente quienes permanecen firmes en sus posiciones, quienes tienen un corazón amoroso para dar la bienvenida de las victimas mencionadas, a través de los desastres; quienes tienen un corazón de apoyo y amoroso para ayudar aquellas víctimas no importando que tipo de personas son, si ellos merecen o no para ser ayudados, por la situación actual, nosotros vemos todo lo que le está pasando a ésta gente, nosotros simplemente necesitamos darles la bienvenida, en éste aspécto a como también con otros. Hablando en general de este espíritu, éste es el espíritu de los Cristianos, el espíritu de los niños de Dios, y el espíritu de la doctrina que nadie puede negar, el cual es Católico; sin embargo, la gente quien sabe que Dios ahora están usando cada medio para ejercitar la caridad, para hacer sacrificios. Donde está el origen de este espíritu? El origen viene de la antigüedad, de los santos a través de la historia; de toda la generosidad que Dios  concede y otorga a través del Evangelio y de las Buenas Nuevas; así, que Dios nos enseña a amar a Dios sobre todas las cosas y amar a otros como a nosotros mismos.

Esta es la oportunidad de manifestar las obras que Dios nos concede; ésta es también la oportunidad para nosotros de ejercitar la caridad y pedir a Dios concedernos un corazón; nosotros tenemos fe pero nosotros necesitamos tener obras. Nosotros necesitamos continuar para vivir en amor, para vivir en caridad, para ayudar a nuestras vidas ser más santas para atraer más hermanos y hermanas, para atraer aquellos quienes necesitan ayuda, espiritual y material, si cada uno de nosotros tiene la oportunidad de ayudarnos; y al mismo tiempo, nosotros vemos a Dios enseñándonos que cuando nosotros hacemos las obras de Dios,  nosotros somos felices y pacíficos.  Esto no sólo termina aquí hoy, y si nosotros reflexionamos profundamente en la vida de fe, entonces nosotros podemos ver que cada evento que pasa en el mundo, que pasa en cada estado, o que pasa en cualquier país, que Dios está invitando y Dios nos recuerda que es muy importante y muy crítico en relación a las manifestaciones de grandes eventos. Déjanos continuar escuchando: “Llénanos con tu amor, Oh Señor, y nosotros cantaremos de alegría!” (4) – después de los desastres, nosotros continuamos con vida; nosotros continuamos teniendo la oportunidad; nosotros continuamos sobrellevando el gran desastre; nosotros vemos el favor de Dios, nosotros vemos la gracia de Dios, nosotros podemos ver que cada día es una bendición que cae sobre el mundo humano, para cada familia, para cada comunidad, y para cada individuo. Nosotros nos alegramos, nosotros damos gracias a Dios, nosotros pasamos tiempo en servir, para cada uno de nosotros venir a Dios, con nuestras almas elevadas a Dios,  elevando nuestra gratitud a Dios, elevando nuestro reconocimiento y saludando, para pedirle a Dios ayudarnos a ser dignos de las gracias que Dios derrama sobre nosotros diariamente. Que Dios nos transforme y que Dios nos ayude a mejorar nuestra vida diaria, desde cosas pequeñas hasta cosas grandes, de manera que seamos santificados totalmente en el amor que Dios concede – para mí, la humanidad en general, y para cada clase en general.

La historia no termina en la vida de fe; porque nosotros nos apoyamos en todos nuestros hábitos, porque nosotros nos apoyamos en riqueza, en estatus, en cada cosa que es inherente en una vida humana, en nuestro pensar limitado, en nuestro punto de vista limitado, nosotros nos sujetamos a  principios que son inflexibles, obstinados, arrogantes, y nosotros  voluntariamente y sin esfuerzo negamos todo lo que necesitamos para aprender sobre nuestra vida espiritual. Los humanos pensamos que podemos hacerlo todo? Esto es lo que ha pasado y está pasando en Houston, Texas, y también la gente quien tiene responsabilidades para que reconozcan lo que es importante para ellos a través de estos desastres, para conservarlos así mismos, para mantenerlos como propios para buscar la verdad. Cuál es la verdad? La verdad no está lejos, la verdad no está tan alta, y la verdad no está tan abajo; la verdad se queda dentro de nosotros, se queda en nuestras decisiones, se queda en la vida de fe para que nosotros busquemos, la cual conserva firme en nuestras vidas las palabras del Señor. Nosotros tenemos al Señor y nosotros ya hemos reconocido al Señor quien vino a este mundo hace 2,000 años atrás; El totalmente nos redimió, murió por nosotros, y sufrió atrocidades torturas por nuestros pecados. Ese dolor, esa desnudez, nadie se puede comparar; así, con las tribulaciones en nuestras vidas, nosotros continuamos teniendo al Señor Jesús: nosotros continuamos teniendo a la Segunda Persona de Dios. El continúa aquí con nosotros, y El nunca ha estado ausente en nuestras vidas; pero somos nosotros, nosotros no lo reconocemos a El, nosotros lo negamos a El, y nosotros estamos ausentes cuando El nos llama.

Hoy, especialmente por Houston, Texas, a través de este desastre, que la gente pueda reconocer el amor de nuestros semejantes, para ver la ayuda de gente alrededor, para ver el amor hermanable que todavía existe, el amor de seres humanos semejantes que todavía existen; y hay mucha gente buena quienes se aparecen, para venir a ayudar; hubieron gente que pereció en sacrificio ayudando a otros, para salvar a otros. Así, éste es el espíritu, ésta es la integridad, ésta es la verdad. Sólo Dios nos enseña esto; solo Dios nos enseña ésta doctrina, y esto solo puede ser encontrado en Dios, para que nosotros reconozcamos que no es en lo material de este mundo, no en el talento de la gente, ni en el estatus ni el control del mundo, pero que es en lo eterno, en lo grandiosamente sagrado de lo profundo,  de lo ancho, en la gracia y la bendición que Dios nos concedió, que concedió a todas las clases, concedió a cada rol, y concedió a quienquiera. Nosotros solo necesitamos regresar, nosotros solo necesitamos creer, nosotros solo necesitamos reconocer a Dios, nosotros solo necesitamos practicar lo que El enseña y mantener sus mandamientos; entonces nosotros definitivamente encontraremos la justicia, la verdad, y encontraremos que es lo que en la vida tiene paz, felicidad, y calma, en todos los aspectos, en todas las formas. No importa que, nosotros nos mantengamos felices porque nosotros continuamos teniendo a Dios; El es el tesoro más grande que los seres humanos deben buscar; nosotros debemos tenerlo a El y debemos sostenernos en El para no tener miedo en nuestras vidas, aún si nosotros muriéramos en cualquier momento.

Hoy, nosotros entramos dentro de una vida para reflexionar sobre las palabras más prácticas que están en el Evangelio de hoy; el Señor nos recuerda: “Manténganse despiertos!” Porque ustedes no sabe en qué día su Señor vendrá.” Seguramente, la gente que murió en el huracán reciente no sabía que el Señor los llamó inesperadamente y ellos no sabían que en la calle para escapar del huracán, su carro sería barrido por la inundación y que terminaría en una zanja; no hubo una oportunidad más, no hubo más tiempo, y toda la familia murió (5). Seguramente, el número de gente que murió no sólo son pocos hasta este día, pero podrían ser muchas más personas muertas quienes no han sido encontradas, porque hay lugares que están enteramente inundados. Esto está pasando específicamente en Houston, Texas, pero también le pasa específicamente a cada individuo, y en general a cada uno que lleva la condición humana, especialmente a cada cristiano, especialmente a cada justo, a cada niño de Dios, a cada persona quien continúa sin saber, quien continúa sin creer.

Cada pecador necesita poner atención porque nosotros somos las personas quienes deben estar alerta; aunque nosotros somos malos, aunque somos pecadores, aunque somos indignos, aún de acuerdo a Dios, nosotros debemos también estar atentos porque Dios concedió un cielo común a la humanidad entera y la luz brilla sobre el bien y el mal. El huracán no separó a nadie; la tormenta continuó cayendo, con corrientes fuertes barriendo las casas; entre éstas casas están las casas de gente virtuosa, de gente santa, y también de las malas  y de los injustos. Así, no usemos nuestra manera para tratarnos unos a otros en su lugar abandonémonos a la autoridad de Dios, entendamos Su llamado; nosotros sólo le pedimos a Dios – para que nosotros vivamos de acuerdo a Su doctrina porque nosotros debemos reconocer nuestra condición primero, nuestra obligación con Dios, y nosotros debemos creer en Dios y orar a Dios que tenga misericordia, para que Dios la acepte. En el huracán y la inundación, hubieron gente como nosotros quienes no fueron afectados del todo de manera que Dios continúa haciendo maravillas; Dios puede todavía hacer todo tipo de cosas cuando nosotros creemos y nosotros lo buscamos a El; El ve las circunstancias de cada uno de nosotros y El otorga sobre nosotros de acuerdo a Su propia supremacía, de una forma o la otra, en el bien que Dios tiene para cada uno de nosotros; El nunca nos deja llevar una cruz que sea demasiado pesada que nosotros no podamos cargar.

Por lo tanto, no importa que circunstancias, nosotros debemos creer, nosotros debemos esperar, y nosotros debemos confiar. Déjanos mirar a la Cruz de manera que nosotros reconozcamos que no hay dolor como el dolor que Jesús toleró; no hay paciencia como la que Jesús conllevó,  y no hay camino como el suyo – El quien es el Rey, quien es el gran Príncipe, quien al final tenía que morir por las manos de la humanidad pecadora. El vino a traernos la salvación, El vino a liberarnos, El vino a darnos un nuevo cielo, y El nos dió una nueva vida; El nos envió pero El también tenía que sufrir completamente; Sus manos fueron clavadas. Las marcas de los clavos, los golpes y torturas de los soldados fueron provenientes de seres humanos pecadores como nosotros, quienes le pegaron, directamente a como también indirectamente, así El continúa aceptándolos por amor, así que aquellas marcas de clavos, aquellas heridas, ese precio de Sangre pudo convertirse eterno para nuestra vida espiritual  y  la ganancia de nuestras almas. Hay cosas que no podemos usar como el dinero u otras cosas, pero Dios usa el amor; Dios nos guía con amor, y Dios juzga cada obra por amor. El da una doctrina, la cual es una doctrina de amor; una doctrina pagada con Sangre, una enseñanza perpetua, eterna que termina en una historia que la gente no puede olvidar nunca más. Cada vez que pensamos en esta historia, profundamente reflexionando en ella, cada vez que miramos a la Cruz, nosotros encontramos una fuente de comodidad, una luz de paz, evocando dentro de nosotros un sentimiento de confianza que es encendido por su doctrina, por la justicia de la verdad. Lo que permanece con nosotros es el encuentro y una fe que nos vigoriza en vida, eso nos fortalece en todos los días arduos y difíciles, que nos ayudan a ser firmes en fe porque nosotros tenemos a Dios quien es el divino Ser Supremo, quien está presente, quien permanece con nosotros, quien permanece con la humanidad, quien permanece en cada persona, y quien permanece con cada pecador, cuando nosotros lo llamamos en Su Nombre.

Hoy es un día que nosotros estamos felices porque Dios desea que entendamos que todo pasará y nada quedará para guardarnos; cuando El venga y El comience a llamarnos mientras nosotros continuemos respirando o cuando El vuelva a dejarnos saber que en ese día y al momento de Su venida, la gente no tendrá la oportunidad de despertarse y estar preparada. Por lo tanto, hoy, las historias, en particular de Houston, Texas; las historias de los huracanes recientes están para recordarnos, y El está también recordándonos, a través de las Buenas Nuevas, que esos son los sirvientes que El escoge, los sirvientes a quien El da la autoridad para  velar por la familia, para cuidar por los hermanos y hermanas. Recordemos, que para nosotros satisfacer nuestras propias obligaciones, para satisfacer nuestras propias responsabilidades, en la vida el Maestro nos confió; no actuemos de acuerdo a la forma de nuestra autoridad; no actuemos de acuerdo a la forma de nuestra función. Seamos sin mancha en la vida de sirvientes escogidos, y no nos dejemos sujetar a los hábitos humanos en ambición, en asuntos esenciales que la gente no reflexiona verdaderamente para entender claramente lo que está en el Evangelio de hoy, ellos comenten un error, ellos están cometiendo un error, y ellos se mantendrán cometiendo el error. Así, en nuestra función y en la vida de un administrador, nosotros debemos de permanecer con fe y buscar la sabiduría que el Maestro de la casa ha asignado; no nos dejes olvidar de cuidar de la familia, la cual es cuidar de la oveja, de cuidar de los niños a quienes Dios ha escogido.  Esos niños son sirvientes, son pecadores, son gente como nosotros, en todos los rangos, en todas las clases, quienes dependen de nosotros, y hay gente que no saben, quienes no creen, quienes son rígidos y arrogantes y viven de acuerdo a la libertad humana. Esos sirvientes de fe pueden ver y ellos tienen tareas y responsabilidades que Dios a asignado; ellos cuidaron y completaron sus tareas, después El tendrá una manera de dar gracias  esos sirvientes, para compensar esos sirvientes leales, y recompensarlos con la sabiduría que Dios premia  a los sirvientes como el Master de la casa. Recuerda, la lectura de hoy es un recordatorio para los sirvientes, El recuerda que  si nosotros somos verdaderamente llenos de fe y sabios, entonces el Master de la casa nos confiará con todas las pertenencias para usarlas, y usarlos para cuidar a los sirvientes, de la gente quien se apoya y depende de nosotros.

Todo tiene su propia programación y parte de cada paso que Dios concede y otorga en Su sabiduría suprema; en ese momento, hay historias para que veamos que por cada hecho que Dios da un ejemplo simple para que entendamos, fácil de aprender, y fácil de practicar. Hoy, hay bastante significado interior que nosotros necesitamos saber bien para practicar nuestros roles, para practicar Sus mandamientos, para practicar caridad y sacrificio, y para practicar en Sus mandamientos, para practicar en caridad y sacrificio, y para practicar los oficios de un sirviente. Sin embargo, aun sirvientes como nosotros que somos Cristianos, los niños de Dios, y la gente quien cree en Dios, debe también vivir un periodo de aprendizaje, en rectitud, en colaboración, y en una vida para que reconozcamos el amor de Dios que nos envuelve,  a cada uno de nosotros. Ese recuerdo es también para nosotros, para cada individuo, cada clase, cada rol, para nosotros mantener; que es el mandamiento de Dios, el precepto de Dios, para nosotros mantener todo lo que Dios premia y da, en nuestras vidas, a través del recuerdo que Dios siempre otorga, en nuestras vidas, a través del recordatorio que Dios siempre premia, lo cual nos salva, de una manera o de otra, en el reino eterno presente,  por Sus palabras que son palabras vivientes, dejadas en la Buena Nueva, dejadas en el Evangelio, para ayudarnos a escuchar, para ayudarnos a leer, para ayudarnos a entender y principalmente para ayudarnos a practicar. Nosotros practicamos para poderlo encontrar a El; nosotros practicamos para que nosotros podamos tenerlo a El, nosotros practicamos para ser testigos de El, y nosotros practicamos para que mantengamos la Fe y la fuente de una vida rica espiritual inherente y existente, para superar todas las tribulaciones, y para ver el bien entre la gente, y también ver todas las imperfecciones que a través de vida entera, nuestros hermanos continúan sin aceptar, sin conocer, y continúan negando con dureza de corazón.

Hoy, nosotros tenemos la oportunidad a través de los Seis Kowtows, para que reflexionemos sobre las cosas más ordinarias, las cosas más triviales, y las cosas más simples; aún todavía olvidamos y omitimos. Hoy, hay desastres para recordarnos en el momento presente, y para darnos la oportunidad de experimentar lo que Dios nos dice; Dios está permitiéndonos ser testigos de la verdad de manera que también nos preparemos a nosotros mismos, nos preparemos para la vida presente, y nos preparemos para el apostolado. Cada rol y cada clase: hoy nosotros vemos el amor de Dios, para que estemos agradecidos de que continuamos con vida, para que decidamos que hacer en los días venideros, y que es lo que estamos determinados a hacer para que vivan nuestras almas. Si nosotros morimos y El viene, continuaremos aceptando alegremente, para ir en paz con El porque nosotros sabemos que donde terminemos será por siempre cuando lo tengamos a El, cuando creemos en El, y cuando nosotros practicamos Sus enseñanzas. Así, hoy es verdaderamente simple, cada uno de nosotros puede tener la experiencia;  lo que es más esencial para nosotros es abandonar lo que es inherentemente negativo, renunciar a todo a lo que pertenece a uno mismo, a la maldad, a la injusticia, a lo que nosotros nos aferramos en nuestra vida diaria,  lo cual es envidia, odio, venganza, crueldad. Hay muchas cosas que la gente ambiciosa olvida en la vida espiritual, la falta de responsabilidad, el permanecer indiferente ante Dios, y ellos aún lo niegan, con arrogancia, con obstinación. Por lo tanto, nosotros llevaremos con responsabilidad lo que hoy escuchamos a través del Evangelio, a través de la Buena Nueva, la cual es repetida y rebelada indirectamente y directamente por el Espíritu Santo con todo lo que es sagrado, iluminando e inspirando, para que nosotros entendamos lo que necesita ser oído, que necesita continuar con la afirmación que Dios nos premia en fe, en hechos, en acción. El nos premió, pero El también nos enseña acerca de la vida espiritual de fe, y El también nos reprime con los días que vivimos en poca profundidad, los días que nosotros vivimos dependientes del mundo humano, los días que estamos ocupados de todas las circunstancias en nuestro propio razonamiento y nosotros olvidamos acerca de lo que pertenece a la vida espiritual que necesitamos preparar.

Así, esto es un desastre que nos recuerda regresar a El, para reconocer, porque Dios continúa un Dios lleno de amor; lo que sea que El nos otorga o cualquier cosa que pasa, El está recordándonos y El está tratando de salvar nuestras almas. Los días del huracán terminaron pero nuestras vidas continúan en los días presentes y continúan los días venideros; que nuestras elecciones sean hechas con lo mejor que hemos aprendido de esta experiencia. Si en el huracán reciente nosotros fuimos barridos por la inundación y nosotros morimos o nosotros no tuvimos más la oportunidad como hasta hoy, entonces como nuestras almas están viendo a Dios, de acuerdo a la justicia de Dios, de acuerdo a los aspectos que nosotros continuamos durante meses para percibir entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal, con lo que Dios da, a todas las clases, a todos los roles, y en todo. Este huracán es el primero en la presente temporada (6); hay un huracán que habrá de venir, un huracán de los días que Dios recuerda; habrán mas días de desastres porque el mundo debe encontrar el día de la purificación, porque el mundo vendrá a un final (7). Es a través de los días de purificación con el día del fin del mundo que todo puede volverse un nuevo mundo, puede volverse un nuevo Jardín del Edén que Dios entregara al hombre a través de la Persona de quien nosotros recibimos, a través de Su mano, y al mismo tiempo nosotros recibimos la enseñanza de esa Persona, y el amor de compasión de una manera especial en la vida, espiritual y físicamente. Con un corazón contrito y arrepentido, con la postración y arrepentimiento, y por un otorgamiento sincero y deseoso en el Nombre del Señor, hoy, que el Señor acepte y retenga, facilite el reto, y facilite lo que sería el día de la purificación, y al mismo tiempo, facilite el día que será el fin del mundo, con desastres horrorosos y miedo, para nosotros ser capaces de sobrevivir, porque nosotros continuamos teniendo a Dios, porque nosotros creemos en Dios y nosotros seguimos la voluntad de Dios.

En el Santo Nombre del Señor Jesucristo, nuestro Dios, gracias a Dios por el día especial; nosotros continuamos, cada día, a pesar de las dificultades, las actividades enérgicas con todos los eventos que ocurren, pero nosotros continuamos teniendo tiempo de escuchar el mensaje inspirado por el Espíritu Santo y reportar lo que El desea. Hoy, nosotros regresamos a la iglesia para continuar con los días dando honor a Dios con los Seis Kowtows; de esos Seis Kowtows y desde el día que los Seis Kowtows fueron revelados, nosotros entendemos mejor, más profundamente, y nosotros somos capaces de sentir la cercana presencia que Dios otorga – en el reino eterno aún presente. Qué necesitamos hacer cuando el furor maligno está en todos lados?  Dios continúa permitiendo que pase lo que debe pasar por la decisión que nosotros tomamos el día que Dios nos dio la elección donde nosotros continuamos poniendo la realidad por encima de los hechos de Dios; así, nosotros debemos reconocer lo que escogimos. Dios continúa siendo el Todo  – Dios Poderoso con cada cosa que El otorga; nosotros podemos ver Su poder; solo una tormenta dentro de tres días y nosotros fuimos totalmente afectados por la inundación; especialmente en la ciudad en que vivimos, y al mismo tiempo la ciudad de Houston, Texas; nosotros hemos sido afectados conjuntamente.

Todo el mundo se siente apesarado por nosotros por el desastre, un desastre que afecta más que a Houston. Este el comienzo por el cual la gente está siendo recordada en su fe; a como los días venideros, esos son días en los cuales nosotros debemos estar preparados porque así es el día cuando nosotros entremos en el día del juicio final (8), y entremos a un día de purificación será más aterrador, aún más terrible, y muchos lugares serán afectados. En ese momento, nadie será capaz de ayudar excepto Dios; nadie será capaz de ayudar excepto los ángeles y los santos quienes han sido alertados a través de la luz de la Eucaristía. Hoy, los desastres comienzan a suceder y nosotros vemos que ellos no sólo son eventos que nos dan temor pero son una realidad que Dios desea para cada uno de nosotros para elevarnos en plegaria, encontrarlo, y reconocerlo, porque solo El es el Dios a quien nosotros adoramos. Removamos  todas las supersticiones, deshagámonos de todos los ídolos a los que nosotros adoramos, porque qué es lo que nosotros hacemos cuando los desastres pasan? Nosotros pedimos ayuda a esos ídolos pero quién es la persona que nos ayuda a parte de Dios, los ídolos también morirán en las inundaciones o fuegos. Así nosotros debemos claramente comprender que el día ha llegado y el tiempo ha venido para El manifestarnos Su poder. Antes que El manifieste Su poder, El ya ha estado en silencio visitándonos con palabras,  enseñándonos, ayudándonos claramente a entender la condición de un ser humano a través de los Seis Kowtows así nosotros encontramos una doctrina, que continúa todavía escondida, la cual, hoy, en el misterio, es manifestada a la humanidad, a cada individuo, a cada rol,  para nosotros entender que Dios premia y nos rescata – a cada uno de nosotros  — en nuestra vida diaria.

Nosotros le damos gracias a Dios por las bendiciones dadas y damos gracias por las palabras que están siendo recordadas que serán llevadas al mundo entero.  Quien sea que tenga oídos que oiga; quien sea que tenga ojos que vea; y quien sea que tenga un corazón que sienta; para  decidir por ellos mismos, a los lugares donde los desastres pasarán – y aún más lugares en días venideros, porque el día ha llegado; Dios desea salvar nuestras almas. Desde que Dios proclamó y otorgó hace más de 2,000 años, Su presencia continúa aquí, pero la humanidad continúa endurecida, continúa negando, continúa indiferente y fría, continúa teniendo un límite para buscar todo lo que le pertenece a la realidad y aún peor, relegando en la civilización, relegando en una vida astuta y sofisticada. Sin embargo, nosotros hemos sido controlados y reglamentados por el demonio en una manera significativa, en nuestra vida mortal, especialmente en fe, nosotros estamos más enfocados con todo lo que le pertenece a la realidad más de lo que le pertenece a la vida espiritual. Hoy, nosotros sabemos que Dios es poderoso;  aún si nosotros usáramos todas las maneras posibles, nosotros no podemos superar las tormentas, no podemos superar la lluvia, no podemos superar las inundaciones, no podemos superar los desastres de los volcanes que harán erupción; habrán desastres horribles pasando en el mundo, temblores pavorosos y espantosos que se precipitarán y que precipitarán a innumerables personas hacia su muerte en cualquier momento.

Esto ha pasado en la historia, y hoy hay más días retos, días peores, así que hoy es una llamada para despertarse, un aviso que nosotros somos capaces de escuchar hoy. Dios nos recuerda: “Manténganse despiertos! Porque ustedes no saben en qué día el Señor vendrá.” Este verso debe estar inscrito en el corazón de cada Cristiano, en cada posición que mantengamos hoy para lo cual Dios nos escoge. Cada persona quien todavía no sabe necesita abrir sus ojos para saber quién es el Dios con autoridad, y quien puede salvarnos en situaciones de peligro y tribulación, y quien puede darnos la bienvenida cuando nosotros lleguemos al otro lado del mundo.  Aún los vivos están recibiendo cosas para ser escuchadas, que deben ser escuchadas, para claramente comprender lo que ha pasado, está pasando por el día de hoy. Particularmente para nosotros quienes amamos al Jesús Eucarístico, quienes ya reconocieron lo que El dió y otorgó; dado a los pocos días de ausencia de la gente, la Eucaristía será guardada en su lugar porque nadie ha aparecido a la capilla o la gente está ocupada con las cosas que pasaron en el desastre.  De manera que nosotros hemos experimentado Su ausencia, y si El se va para siempre y nosotros terminamos sin una fuerza divina por siempre para apoyarnos, entonces la situación será más miserable, más aterradora, más horrorosa. Hay muchas cosas dentro de nosotros que necesitamos, Dios desea que nos fortalezcamos, para ser firmes en fe, para ser decididos con lo que tenemos y para valorar lo que tenemos ahora, y guardar a Dios no sólo como una realidad pero guardarlo en nuestras almas, agarrándonos de El y pidiéndole de permanecer con nosotros para siempre. Si nosotros deseamos que Dios permanezca en nosotros, debemos estar despiertos, debemos modificar nuestras vidas; debemos remover nuestro ego, nuestros malos hábitos, remover la maldad de esos malos pensamientos; nosotros practicamos volvernos la persona a quien Dios enseña: humilde, amoroso, que perdona, paciente, gentil. Hay muchas cosas en la vida que nosotros necesitamos aprender, que nosotros debemos aprender y practicar, con afecto, caridad, apoyándonos en los mandamientos para nosotros movernos hacia adelante en el camino que Dios ha planeado para nosotros.

Hoy, yo le doy gracias a Dios. Antes nosotros ofrecimos respectivamente los Seis Kowtows, nosotros recibimos las palabras que el Espíritu Santo nos recuerda, especialmente hoy, en la Primera Lectura a como también en el Evangelio. En este momento, yo oficialmente elevo plegaria a Dios en nombre de mis hermanos y hermanas quienes fueron afectados por el desastre, y nosotros le damos Gracias a Dios por los hermanos y hermanas quienes no fueron afectados por el huracán en las últimos días. Nosotros continuamos bajo la protección de Dios, para continuar con la voz de Dios (10), para ser dados al mundo, a la humanidad,  para todos los niños de Dios quienes están teniendo problemas en ciertas situaciones. Dios, por favor apóyalos, ayúdales, confórtalos; Dios, por favor permanece con ellos; Dios por favor permanece con nosotros, para que nosotros continuemos viniendo a la ayuda de cada uno – de cada persona, de cada circunstancia. Hoy, en su nombre, nosotros continuamos elevando plegaria a Dios, rogando, otorgando, y agradeciendo; Dios, por favor continúa cuidándonos. En la vida, hermanos y hermanas deben ayudar a quienes son afectados, y nosotros necesitamos completar obras en la rectitud que Dios nos ha dado, para que nosotros estemos unidos para tratar con asuntos internos y externos para que nosotros entendamos que en vida, cuando Dios nos llama o cuando Dios nos pone a prueba, entonces nosotros estamos despiertos en ciertos aspectos de la vida espiritual, para rogarle a Dios que acepte nuestras oraciones. Porque a través de la gente virtuosa, a través de la gente quien ejercita caridad, a través de esos quienes ejercitan la doctrina y la verdad de Dios, nosotros le pedimos a Dios tener misericordia para todos en general, para tener misericordia por aquellos quienes continúan sin saber, quienes continúan sin creer, para ellos regresar después de este desastre. Sin embargo, para aquellos quienes continúan sin entender ser capaces de entender; y para ellos ser capaces de ver a través de nuestra vida de práctica, a través de la vida de gente caritativa, a través de la vida del clero, de la gente que dedican sus vidas para inmediatamente servir, mostrando el amor de Dios y servir de ejemplo a esos alrededor, nosotros glorificamos a Dios y alabamos a Dios en nuestras vidas y en nuestras obras.

Nosotros le pedimos a Dios de preservarnos y protegernos. Nosotros damos gracias a Dios por preservar a la Iglesia de Santa Teresa; nosotros damos gracias a Dios por preservar nuestra iglesia, para que nosotros continuemos con los días que servimos y adoramos. Nosotros le damos gracias a Dios por preservar la iglesia y la capilla y todos los feligreses de la iglesia de Santa Teresa, la cual es el lugar donde Dios se ha manifestado, el lugar donde Dios nos ha enseñado, y el lugar donde El nos ha permitido de recibir el gran regalo a través de la práctica del misterio de los Seis Kowtows, el cual es un regalo de gracia, un regalo de bendición. Hoy, la gente necesita buscar, necesita practicar, necesita regresar, para nosotros directamente a como indirectamente recibir a través de la sublime divinidad que Dios ha manifestado. Los ángeles y los santos vienen a ayudarnos; los ángeles y santos vienen a defendernos y protegernos, para nosotros continuar teniendo la oportunidad de continuar elevando la voz a Dios, para continuar siendo las voces que Dios usa, para que nosotros seamos Sus instrumentos, para que el Espíritu Santo continúe guiando, inspirando, para nosotros hablar la verdad que la gente necesita escuchar, que la gente necesita saber, y que la gente necesita practicar.

En el Santo Nombre del Señor Jesucristo, nuestro Dios, en este momento, yo sólo quiero darle gracias a Dios; pidiéndole a Dios  ayudarme a completar mi tarea y responsabilidad, y para que todos nuestros parientes estén también en el camino como testigos, en el camino para testificar lo que Dios da y otorga, para cada uno recibir el favor, para cada uno recibir el regalo de los Seis Kowtows, para cada uno recibir lo que ellos necesitan para venir a Dios en cualquier circunstancia, de tener fe, y de encontrar a Dios. Cuando nosotros terminamos como alguien que no tiene nada en que apoyarse, tan solo en educación o autoridad o dinero o fama, nosotros sólo sabemos contar con Dios. Todos nosotros nos volvimos impotentes cuando vino la lluvia, cuando la tormenta vino pasó por sólo unos días; después todos terminamos en una inundación, con hambre – un sufrimiento lamentable. Si nosotros no tenemos a la gente a quien Dios protegió,  la gente que vive en días estando protegido, entonces quien puede ayudar unos a otros?

Este es el amor que Dios continúa mostrando, para los hermanos y hermanas quienes tienen la habilidad, la gente que no fue afectada por el huracán para ayudar aquellos quienes que estuvieron, y por aquellos quienes fueron afectados por el huracán para también reconocer el amor. Nosotros necesitamos tenernos unos a otros, nosotros necesitamos hacer amistad con cada uno, y nosotros necesitamos creer en el Ser Supremo quien posa dentro del alma de la gente que está ayudando, dentro del espíritu de la doctrina de la cual la gente necesita ver la justicia y la verdad. Sólo el Señor da la doctrina que hoy debe ser aprendida, debe ser practicada, y debe ser acogida, para que nuestras vidas estén en paz, sean felices, sean significativas, y sean calmas, en todas las circunstancias, para nosotros progresar en el camino que Dios da a cada uno de nosotros, para nosotros servir a Dios y practicar la doctrina que Dios da, para nosotros amar a los hermanos, proveer ayuda. De esa doctrina, nosotros creceremos en las leyes, creceremos en los roles, creceremos en las situaciones, creceremos en los dilemas, para lograr rectitud y bondad; y así, seremos protegidos en el camino divino que Dios ya dió y otorgó sobre nosotros.

En este momento, yo concluyo este mensaje para respetuosamente ofrecer a Dios los Seis Kowtows. En el Santo Nombre del Señor Jesucristo, nuestro Dios, Lucia Phan, junto con todos los hermanos y hermanas, concluye, particularmente hoy, a las 10:28 a.m., el jueves, 31 de Agosto de 2017, en la Iglesia Santa Teresa, en frente del santuario, en frente del tabernáculo, en frente de la Cruz, en frente del ícono de la Divina Misericordia y de la estatua santa de Nuestra Señora del Carmelo. Me gustaría concluir en este momento las palabras que el Espíritu Santo me dio a narrar, y me urgió para completar este mensaje, basado en la Primera Lectura y el Evangelio, y lo que Dios recuerda, especialmente para los últimos días del mes. Yo le doy gracias a Dios, alabo a Dios, y glorifico a Dios. Amen. Amen. Amen. Una vez más, le damos gracias a Dios, gracias al Espíritu Santo, gracias a la Madre, en el Santo Nombre del Señor Jesucristo, nuestro Dios. Amen. Amen. Amen.

Lucia, es un inmigrante estadounidense  Vietnamita.  Lleva una intensa vida de oración que se enfoca en asistir a la Misa y la adoración de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento.  Recibe los mensajes por medio de locuciones interiores y es capáz de capturar imágenes milagrosas de la Eucaristía en la cámara de su teléfono celular. Cuando Jesús le da mensajes, es como un padre en la familia, como el Máster/el Maestro (para más información sobre esto por favor vea la página de inicio de www.nrtte.net).

 

  1. Huracán Harvey
  2. Las Lecturas para la misa de este día fueron: 1 Tesalonicenses 3:7-13; Salmos 90:3-5ª, 12-13, 14 y 17; y Mateo 24:42-51.
  3. Su nombre en Latin es “Paulus.” El nació en Roma y la lengua en el Imperio Romano era Latín. Y él fue martirizado en Roma.
  4. Esto es del Salmo Responsorial del día.
  5. Esto debe ser una historia individual en la tragedia.
  6. Una línea de límite ha sido dibujada por el cielo. No es coincidencia que Lucia vive en Houston. Esta será la primera serie de huracanes – desastres naturales de acuerdo con el libro de revelación. La profecía de “un huracán de los días por venir” fue cumplida con el Huracán Irma, el cual ha corrido su curso dos semanas más tardes; el catastrófico Huracán María siguió después de una semana de Irma. La temporada de los Huracanes del Atlántico esta ahora descrita por expertos como “hiperactivos.”
  7. Este es el fin del mundo a como nosotros lo conocemos, el cual será purificado físicamente y sus inhabitantes espiritualmente para hacer el camino para la Era de Paz prometida por Nuestra Señora de Fátima, pero no será EL fin del mundo/la Segunda Venida.
  8. Esto no se refiere al “juicio particular” o al “juicio general” pero a la “iluminación de conciencias” preliminar o al juicio en miniatura para todos los habitantes del mundo. Pasará simultáneamente a todos; cada persona vera el estado de su alma y será capaz de arrepentirse si es necesario y si eso es lo que la persona quiere. Esta “iluminación de conciencia” fue revelada a Santa Faustina (Diario, 83, 1588), Edmund Campion, and la Bendita Anna María Taigi –reverenciada por los papas dado a la exactitud de sus profecías.
  9. Lucia es llamada a hablar las palabras que Dios le da a través de las locuciones interiores.

 

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